Las redes sociales conspiran a favor de mi estómago. El convencimiento de esa frase obedece al hecho de que llegué a Kure Dumas Slow Pizza detrás de la legión de seguidores de @KureDumasCuoco en el Twitter. Y así, una noche de sábado, salí acompañada de mi novio y mi querida suegra, dispuestos a conocer este concepto de pizza. Y cuando uno cree que ya más nada puede ser inventado, es que se encuentra ante la realidad de un local informal, totalmente como en casa, ubicado en la calle Teodoro S. Mongelós casi Gaudioso Núñez de la ciudad de Asunción, con buena música, buena gente y buena onda.
La carta sorprende por la cantidad de sabores que dicta. Y cada pizza puede ser pedida en sus variantes de tamaño: michi, tuicha y la kakuaa. Y la diversión empieza por el menú, porque la creatividad no está solamente en la combinación de los sabores, sino que, en los nombres autóctonos, divertidos, las pizzas dedicadas, las recetas de inspiración propia, entre otras particularidades. En Kure Dumas un Añarakopeguare, un Tarova, un Entero Mba´e, un Pombero, un Chau Loco... nada más son que sabores de la redonda... no se asuste, no vendrán a sentarse a su mesa, si no que, vendrán a ser parte de ella, así que vaya con tiempo y buen humor a este local, que se presta para pasarla bien.
Atienden bien. Le conviene ir temprano, hay un buen público. También tienen sandwichs, calzones, pero nos concentramos en la pizza. Pedimos una Formaggi, única pizza 6 quesos del país (dice la carta que no permite mentir), y con 4 gaseosas y un agua sin gas, fueron Gs. 80.000 para tres comensales satisfechos con el tamaño kakuaa. Tipo de masa y punto de cocción quedan siempre a elección del cliente. Absolutamente deliciosa!.
Pizza "Añarakopeguare" (Cebolla, ajo, tomates, morrones y el picante de la casa)
Pizza "Kure Dumas" (Cebolla, panceta, jamón, palmito, aceituna, tomate, morrones y pepperoni)
(Foto: Fuente)
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